LUX
Rosalía deslumbra con LUX, su álbum más esperado
15 noviembre, 2025
Rosalía lo ha vuelto a hacer. La cantante española sacó su álbum LUX el pasado 7 de noviembre y desde entonces se ha convertido en un movimiento cultural en toda regla. Se presenta ante nosotros una obra conceptual compleja y ambiciosa, utilizando la espiritualidad como eje central.
Dividido en cuatro movimientos, por lo que es más que nunca importante realizar una escucha ordenada, la artista conecta la escena actual con el misticismo, creando una especie de ópera pop que bebe de la contemporaneidad, la historia, la religión y la feminidad.
“PRAY ON MY SPINE, IT’S A ROSARY”
Tal y como nos tiene acostumbrados, Rosalía nos sumerge en su propio universo, uno en el que hace referencia a Undibel en la misma canción en la que nos cuenta que la Quinta Avenida cabe en un piercing, el Titanic en un pintalabios y recoge la voz de Pattie Smith en una entrevista del 76, creando así toda una simbología e imaginario alrededor de su obra, que sobrevivirá el pasar del tiempo.
En LUX, Rosalía canta en trece idiomas diferentes, lo que aporta musicalidad y dimensiona más si cabe el concepto. El poliglotismo no es utilizado en vano, sino que lo convierte en universal y en una herramienta para acercar al público las historias que narra (cada canción está inspirada en una santa distinta de diversas partes del mundo).
Rosalía para la revista Billboard. Fotografía de Alex G. Harper
Su voz, más lírica que nunca, tiene partes de gran protagonismo. Casi susurrada en momentos, pero con una fuerza sobrenatural, en canciones como Mio Cristo Piange Diamanti o Magnolias consigue transmitir solemnidad y dramatismo al mismo tiempo que deja clara su destreza vocal. La forma en la que se eleva, como si flotara, para volver a bajar. Ese juego presente a lo largo del álbum entre lo espiritual y lo terrenal.
Álbum vulnerable, que explora una narrativa fatalista en ocasiones. Simbólico, poderoso y lleno de guiños provenientes de la cultura moderna, en los que los neologismos danzan con la celebración y búsqueda de la incorporeidad, en un baile icónico y trascendente.
La artista se retrata como un ente sagrado en canciones como Divinize con “Each vertebra reveals a mystery, pray on my spine, it’s a rosary”, donde la instrumentación crea una atmósfera etérea, pulsaciones aceleradas que evocan una sensación de suspensión que conversan con el ritmo electrónico disruptivo.
La artista conecta lA ESCENA ACTUAL con el misticismo, creando una especie de ópera pop que bebe de la contemporaneidad, la historia, la religión y LA FEMINIDAD.
Los cambios de ritmo nos introducen en una realidad frenética, veloz y rebelde, con una continua personificación de la devoción y la religiosidad. La ternura en la herida, el atavismo del siglo XXI, la mezcla de matices, lo furibundo del desamor… la contradicción internalizada, la dualidad doliente.
En contraste con MOTOMAMI, LUX cuenta con una ausencia de ritmos latinos explícitos, dibujando una línea que separa los dos trabajos, en un acto consciente.
Rosalía no abandona el flamenco en LUX. Más bien, al contrario, como nos tiene acostumbrados, se vuelve uno de los pilares del proyecto, aunque no en la forma explícita de EL MAL QUERER. En sintonía y constante acompañamiento con la música clásica, impulsa el flamenco como idioma internacional. El quejío, el cante jondo, el uso de palmas en los movimientos dota el álbum de una personalidad propia y contribuye a una presentación esperada: el mundo se merecía una artista que elevara el flamenco a la categoría mundial.
Rosalía para El País Semanal. Fotografía de Kito Muñoz
LUX nos presenta una combinación de liturgia, caos, sacrificio y redención, explorando esa dualidad que recorre todo el álbum: el conflicto entre el cuerpo físico y la dimensión inmaterial. Entre no ser nada y serlo todo.
Ego sum nihil. Ego sum lux mundi.